A raíz del concurso internacional de esculturas para el futuro parque de levante en Murcia, una serie de individuos de origen diferente y cuyo nexo común es la extinta Escuela de Arte y Superior de Diseño de Murcia, se reúnen para realizar una propuesta que aúne los mundos, lenguajes y metodologías de sus diversas procedencias.
Estos lenguajes, son las ciencias puras, la ingeniería, las artes plásticas y el diseño, y el resultado la obra METAMATERIAL.
Lo primero que se debe aclarar es la denominación del colectivo como Teatro Ambulante. Nuestro nombre es un claro homenaje a uno de los grandes genios murcianos, del siglo XX, Emilio Pérez Piñero. De hecho sus famosas estructuras compuestas por formas geométricas repetidas (lo que se conoce como patrón matemático) están en el origen de nuestra propuesta.
Nuestra intención, es crear un obra que interactúe con el individuo, que le sorprenda, que crezca cada día por las aportaciones de todos los observadores de la misma, que pretendan modificarla a través del uso de las nuevas tecnologías, que se acerque a la pedagogía de los nuevos avances científicos, de una forma no sólo icónica como la Torre Einstein o el Atomium de Bruselas, sino de una manera propia del Siglo XXI.
Metamaterial es nuestra visión plástica del concepto homónimo científico. La obra surge de la reinterpretación del dispositivo metamaterial propuesto por uno de los coautores de esta escultura. Este dispositivo tiene forma de lámina.
Para generar la escultura se ha agrandado la lámina hasta una altura máxima de 5 metros (desde los 2 cm) iniciales.
Hemos imaginado un proceso de agigantamiento similar al que sufre la protagonista de Alicia en el País de las Maravillas, al beberse un extraño líquido y crecer desmesuradamente en el interior de una casa, Alicia se retuerce y deforma ocupando todo el volumen interior de la casa.
Análogamente nuestro Metamaterial crece y se deforma por el pandeo provocado por su propio peso, buscando un nuevo estado de equilibrio, del mismo modo se parte en dos, la cara del conductor por un lado y la cara de masa con los fractales por otro lado generando un conjunto escultórico.
El material también se transforma, el metal queda absorbido en el interior de la pieza a modo de vigas y el exterior se transforma en hormigón reforzado con fibra de vidrio, con un tratamiento superficial de arena fotoluminiscente.
Sin embargo el metamaterial ha perdido su función, ya no interacciona con fotones y con electrones, lo hace con las personas obligándola a pasar entre sus caras ahora divididas.
Crea rincones donde poder ocultarse y maravillarse al caer la noche por los fragmentos de arena fotoluminiscente que refulgen, por la luz capturada durante el soleado día murciano.
Se crea así una paradoja a nuestro juicio interesante, por el día la luz creara sombras fractales y por la noche la oscuridad creara luz residual
Además en el interior de esa luz residual se ocultará un código QR dando pie a un proceso interactivo entre la obra y el humano.
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